martes, 11 de septiembre de 2007

MATRIMONIO: IGUALES, PERO DISTINTOS

Analiza los puntos en que debes coincidir con tu marido, y en cuáles no es conveniente que haya mutuo acuerdo.
  • Que los polos opuestos se atraen, es una verdad, y en forma similar actúan los caracteres de las personas. Lo importante es que se acepten las diferencias, para lograr enriquecer la relación.
  • Es muy importante que compartan los mismos criterios con respecto a cuándo tener un hijo y de qué forma educarlo. De ello dependerá cómo será la relación futura, cuando crezca la familia.
  • Parecerse en la manera de organizar la limpieza de la casa es esencial. Así no se producirán discusiones ni fricciones, tan comunes en los matrimonios por este motivo aparentemente sencillo.
  • Es esencial que la pareja esté junta, pero no fusionada. Cada uno debe saber mantener sus puntos de vista sobre los temas que manejan en común. Estas diferencias son muy saludables.
  • Practicar deportes juntos es muy conveniente, ya que esto les permite aprovechar el mismo tiempo y apoyarse mutuamente en este saludable hábito, tanto mental como físico.
  • Es conveniente que el matrimonio se mueva en los mismos círculos de amistades. Pero también es imprescindible que por separado disfruten de compañías no comunes a ambos.
  • Coincidir en cuanto a establecer el tiempo, y determinados juegos o prácticas sexuales. La vida sexual del matrimonio es como un "guerra", de placer, donde deben existir muchos "acuerdos".
  • Cuanto más diferentes sean las experiencias que hayan tenido los miembros de una pareja, a lo largo de toda la vida, más podrá enriquecerse la relación y conocimiento del matrimonio.
  • Imitarse en las actitudes que reportan beneficios a la pareja. Por ejemplo, ser ahorrativos, saber ser compañeros, mostrarse divertidos y disfrutar de la vida con el mejor buen humor posible.
  • La forma de vestirse incide en la relación. Ambos deben percibirse como lo que son, dos personas distintas, y no tratar de parecer un par de hermanos o un dúo de artistas, más que una pareja.

Muchas personas hoy en día, en que el marketing, la televisión, la globalización, etc., nos bombardean de tanta información acerca de las modas, el mundo de los ricos y famosos y la forma de vida de personas poderosas, se sienten deseosas de que situación económica sea abundante para poder comprar tantas y tantas cosas, o viajar o comprar la casa de sus sueños, o un mejor vehículo, etc. Y estos sentimientos, muchas veces causan frustación, decepción, incluso envidia y/o rencores porque al hacer comparaciones, se queda en desventaja con respecto a estas personas, y esto, definitivamente, lesiona con heridas muy fuertes al matrimonio. Por tanto, es importante meditar sobre "el dinero y la felicidad"

Mientras millones de personas sueñan con alcanzar grandiosas fortunas con la ilusión de lograr la "paz interior", quienes han poseído mucho dinero, y aún lo mantienen, aseguran que esa búsqueda de bienestar interno no la asegura el dinero. La riqueza económica puede mejorar muchos aspectos de la vida, pero si no se tiene una fuente de valores morales y espirituales, capaces de ser por sí mismos una meta mayor que la del dinero la persona podrá vivir en la abundancia, pero sentirse, al mismo tiempo, "vacía" e infeliz por completo.

Ricos y famosos lo han confesado, e inclusive, es interminable la lista de personas como éstas que llegaron al suicidio por no encontrar, en esta clase de fortuna o carrera profesional, la verdadera "meca" de la vida, que para grandes sabios es simplemente "saber vivir". Según los últimos estudios realizados, los sicólogos han llegado a determinar que el dinero es capaz de proyectar un manto de falsa invulnerabilidad en todos aquellos que lo poseen. Sin embargo, la idea central de esta supuesta invulnerabilidad es, en esencia, tener el "control" sobre la vida, pero la realidad es que para alcanzar esta meta, no necesitas contar con el poder, hoy idolatrado, del dinero.

El avance tecnológico ha hecho posible que en la actualidad puedas disponer de un universo de elementos que tienen como finalidad mejorar tu "calidad" de vida. Electrodomésticos insólitos, teléfonos celulares, las mil y una posibilidades del mundo de la computadora, que te permite pagar las cuentas desde tu casa, o conseguir un boleto para viajar a Francia, Egipto o la India con solamente unos cuantos "clicks"...Es lógico que aspires a vivir con toda esta técnica que cada día te sorprende con algo nuevo, supuestamente necesario. Sin embargo, el precio que puedas pagar por ella, no necesariamente es parte de los valores que tú necesitas para lograr el control de tu vida. En síntesis, no debes confundir "valor", con "precio". El precio que tú "pagas", lo fijan los demás, mientras que el concepto de valor lo construyes tú mismo(a) cuando decides qué incorporar, mantener o modificar en tu vida. El valor de formar una familia con honestidad, amor y comprensión; velar por su salud; trazarte metas razonables y luchar por hacerlas realidad; o simplemente celebrar cada mañana el hecho de despertar y sentirte vivo(a), es una forma de valorar lo que realmente tienen, y que ninguna fortuna, ni en lingotes de oro, puede pagar.

La mejor fuente de recursos: Tu vida.

Si sabes lo que debes hacer con tu vida, sabrás siempre manejar el presupuesto que tengas disponible, no importa si es mucho o poco, y así no permitirás que el dinero se convierta en una obsesión que controla tus días. Piensa que sólo de tí depende tu felicidad, y que las cosas materiales, muchas veces, son una trampa que tú misma(o) te pones delante para sabotearte esa felicidad que tanto te mereces. Ten presente que una posición económica puede cambiar de la noche a la mañana, a favor o en contra, pero lo que jamás debes permitir es que este ir y venir de la suerte, llegue a destruir tu integridad y la de toda tu familia.

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